lunes, 3 de agosto de 2015

“Un indigente resguarda sus pertenencias y mira la vida pasar,
mientras que un organillero toca unas melodías para ganarse
 unas monedas sobre paseo de la reforma de la Ciudad de México”
 Foto de Rubén Espinosa:
Era la Ciudad de la Esperanza. Para sus habitantes y para los refugiados, escritores y poetas perseguidos. Fue refugio de periodistas exiliados, hasta este viernes 31 de julio de 2015.

Ese día apareció el cuerpo torturado del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril, de 31 años, quien desde 2012 había recibido y denunciado de diversas maneras amenazas contra su vida por ejercer su trabajo periodístico.

Estaba en el Distrito Federal, desde el 9 de junio, para escapar del riesgo que significa para un periodista ejercer la profesión en Veracruz. Eligió esta ciudad porque su gobierno ha ofrecido, por diversos medios, protección a periodistas, y porque organizaciones civiles ofrecieron desde aquí trabajar para su protección y la de otros colegas.

Este crimen marca a la Ciudad de México. El refugio se rompió. Las autoridades, y particularmente el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, están obligados a esclarecer el asesinato de nuestro compañero. Deben diferenciarse del gobierno de Veracruz, el mejor ejemplo de que la impunidad es sinónimo de muerte.

Él ya había denunciado amenazas, acoso y persecución. Habló con todos los colegas que encontró a su paso y con sus empleadores, y recorrió redacciones y medios alternativos y organizaciones de libertad de prensa para denunciar la imposibilidad de realizar un trabajo periodístico en Veracruz, y el clima de violencia que lo obligó a exiliarse y abandonar la vida que había construido en aquella entidad. También el temor que tenía por los compañeros que en Veracruz se quedaban. Pero la violencia de Veracruz lo alcanzó en el DF.

Organizaciones de periodistas exigimos a las autoridades del Distrito Federal, y particularmente al jefe de Gobierno, el total esclarecimiento de este crimen.

Subrayamos que es fundamental que las indagatorias privilegien la línea de investigación sobre el ejercicio periodístico, en particular porque la víctima denunció, en repetidas ocasiones durante los últimos días, que estaba siendo perseguido y acosado aun en esta capital.

El ejercicio periodístico de Rubén Espinosa debe ser la primera línea de investigación que siga el Ministerio Público de la Ciudad de México. En este contexto, la PGJDF está obligada a dar cuenta a las autoridades federales sobre los antecedentes que de manera reiterada expuso Rubén Espinosa, las condiciones que lo hicieron huir de Veracruz, y cumplir con la responsabilidad de Ministerio Público y representante de la ciudadanía para garantizar justicia para nuestro compañero.

Rubén Espinosa es el primer periodista refugiado en el DF, contra quien se cumplen estas amenazas de muerte.

La Ciudad de México puede convertirse en otro territorio de impunidad y violencia si no esclarece con puntualidad y rapidez la muerte de este fotorreportero.

México es conocido como el país de América Latina donde más periodistas son asesinados. En el escenario internacional destaca Veracruz, el estado de donde huyó Rubén, y el desdén y desprecio de su gobernador, Javier Duarte, por los periodistas.

¿Quiere Miguel Mancera convertirse en otro Javier Duarte? ¿El Distrito Federal se encamina a convertirse en otro territorio de violencia e impunidad?

Que responda ahora el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera.

Atentamente,
Amigos, compañeros y colegas de Rubén Espinosa Becerril

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