lunes, 17 de diciembre de 2018

Ciudad de México a 12-XII-2018

Diez ideas para amargar la Navidad
La denuncia, una labor de hormiga

José Luis Medrano Torres


Una mala conciencia se cura fácilmente.
La mala reputación no.”
Federico Nietzsche

Dinorah Pizano ha cometido un fraude tragicómico, mágico y musical, no solo en contra de los bienes del IEMS, sino también a sus trabajadores (algunos, sospecho, fueron comparsa de esta fiesta). En su administración la “seño” practicó esas virtudes esotéricas a través de las cuales, por arte de magia, desapareció una buena cantidad de recursos (que no pocos sospechamos se fueron a la campaña electoral, que perdieron) y también encantó al ISSSTE para que los Docentes Tutores Investigadores adquirieran el don de ubicuidad: fueron a un mismo tiempo convertidos en trabajadores de base y personal de confianza en los dos apartados del 123 Constitucional. ¡Logró que los DTI estén sujetos a una doble normatividad y a una doble categoría! Maravilloso es estar cobijados por el Contrato Colectivo de Trabajo desde el A), y por las Condiciones Generales de Trabajo desde el B). ¿O desprotegidos impunemente? El “gravísimo error” del ISSSTE, que de un plumazo pasó a todos los DTI a una categoría de confianza ocurrió ¡justo en la quincena en que Dinorah dejó el puesto! ¡Kabúm, y ya no está! Ante tales sortilegios mis amigas, las antiguas hermanas de la vela perpetua, dijeron: “¡Bendito sea dios y alabado el santísimo! ¡El diablo anda suelto!”

De la respuesta dada por los dirigentes sindicales deduzco también el poder de obnubilación que ejerció sobre ellos, pues tienen una pérdida pasajera de entendimiento y capacidad de razonar. Ellos argumentaron:

“… hay que hacer listas y presentar una queja, porque el problema es personal
¿Y para que es el sindicato, digo yo?

[…] estamos en el apartado A) o sea la LFT […] nada nos define en los hechos como trabajadores de confianza [...]”

¡Dioses del Olimpo, ampáranos gran señor! Si es la Ley Federal del Trabajo quien te protege, ¿por qué el ISSSTE, entidad de los Trabajadores del Estado administra tus comprobantes de pago y te transfiere así, a la categoría de confianza?

¿O será su habilidad semejante a la de una pitonisa? Echó luz sobre el engaño que años atrás tiene a esta especie en estado de somnolencia. Hay evidencias, sembradas aquí y allá, que es la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado la que debe regir las relaciones laborales tanto de los trabajadores administrativos como académicos. Véase para el caso, en el archivo alojado en InfoDF (https://goo.gl/Qfg7RL) de folio 0311000084718, la nota a pie de las tablas que dicen: “El presente documento está creado con fundamento en el artículo 7° de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado...” Más claro, buscar en los Informes de cuenta pública del IEMS, el texto siguiente:

Las relaciones de trabajo con el personal, se rigen por la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado (ISSSTE), Reglamentaria del Apartado “B” del Artículo 123 Constitucional”

Nada que agradecer, cobró por su servicio.

A propósito de esto, acá diez ideas escarlata para Navidad:

Primero. Si de la misma manera que todos los caminos llevan a Roma, ¿los indicios nos conducen a las mismas conclusiones? Parece ser que la Pizano encontró que las relaciones laborales de los trabajadores del IEMS deben normarse por el apartado “B” y, como dice Ginzburg: “...detrás de ese paradigma indiciario o adivinatorio, se vislumbra el gesto tal vez más antiguo de la historia intelectual del género humano: el del cazador”. Al volver a los DTI personal de confianza en su específico apartado, los convirtió en su presa. Y dejó un regalo a la administración siguiente, el plato puesto: todo personal de confianza, por regla no escrita, está obligado a presentar su renuncia al momento del cambio de administración. O, en su defecto, se les puede despedir sin responsabilidad para el patrón, otorgando por este hecho una mísera compensación. El argumento del despido puede ser la “pérdida de confianza” o la “no presentación de declaración patrimonial”. Por cierto, ¿la organización sindical está reconocida para los este tipo de trabajadores?

Segundo. Con las ínfulas que da el manejo de las artes oscuras, Dinorah Pizano por la vía de los hechos, hizo incompetente a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA); por sus pistolas, anuló el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT); y del Contrato Individual de Trabajo borró la Cláusula Vigésima, en la que se especifica que los conflictos entre el “Instituto” y los trabajadores se tratan en la JLCA, que es la instancia que juzga los conflictos laborales que se sustentan en la Ley Federal del Trabajo, Reglamentaria del Apartado “A”. No sé si agradecer o pagar con sangre.

Tercero. Aunque los conjuros exceden a la razón y la lógica, no por eso pierden su efectividad. Con un hechizo hizo ver a los sindicalistas la ambigüedad de su caso y por ello deben dudar a qué ventanilla recurrir, pues la LFTSE dice que sus conflictos laborales deben resolverse ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje, no ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, que sólo conoce casos de la LFT. ¡Kabúm, el carruaje se hizo calabaza! En este caso, ¿quién toma la nota?

Cuarto. ¿Podría por esta alquimia deducirse que los DTI nunca fueron trabajadores, que todos carecen de reconocimiento laboral, que siempre fueron y seguirán siendo Prestadores de Servicios Profesionales y que en los hechos se confirma el outsorcing (pues reciben salarios altos, con seguridad mínima al momento de ser despedidos o jubilados)?

Quinto. El toloache, para mejor efectividad, se aplica de tiempo atrás. El estado de indefenión se aderezó con el apagón pedagógico, eso que derrumbó el egreso. Los resultados de su materia de trabajo no los sustentan.

Sexto. La transmutación de la materia, que hizo del fraude laboral un asunto legal, obliga a la aplicación del Artículo 17 de la Ley del ISSSTE, que en el caso de los DTI y para sus aportaciones, sólo reconoce para esos efectos el “Sueldo tabular autorizado bruto”, no así las asignaciones por asesoría o investigación (insisto, buscar en InfoDF el folio 0311000084718).

Séptimo. La efectividad de los hechizos se observa en la letra muerta. A los compañeros que tienen un crédito de vivienda con el ISSSTE les están cobrando intereses por no cubrir el pago mínimo porque, por tabulador, a los DTI sólo se les puede descontar sobre el Sueldo Básico; es decir, no se descuenta de las asignaciones de tutoría e investigación.

Octavo: Ni a los muertos dejan descansar… y a los medio vivos ya los quieren enterrar. El fraude alcanza al derecho de marcha y la jubilación, pues el cálculo que debía hacerse sobre $28,357 lo realizan a partir de $12,487. ¡Hagan ustedes cuentas! Y peor, en los hechos: al DTI José Luis Medrano, la jubilación la pagan en $6,309.

Noveno. A pesar de la ascendencia confesional de Pizano –Opus Dei–, no encontramos por ningún lado el amor al prójimo; empezamos a sospechar que la maldad viene de la Casa del Señor, pues el gerencialismo que practica se asemeja a la parte depredadora del neoliberalismo, esa que en educación es piedra angular de la Ley del IEMS, mejor conocida como Ley Yuriri (esa que combatimos en 2014): vuelve el trabajo educativo en maquila y a los trabajadores los mete a fuerza (mi amá diría otra palabra) al outsorcing, tanto en su modalidad escolarizada como ahora, de manera descarada, tienen al semiescolarizado. ¡Qué decir de los trabajadores de intendencia! A propósito… Pizano está entre los promoventes de esa iniciativa. ¡Vieja conocida!

Décimo. Las artes oscuras, la alquimia laboral, los conjuros y los hechizos se aplicaron para volver a las instituciones ineficientes, incapaces de manejar y distribuir eficientemente sus recursos. A pesar que el proyecto educativo del IEMS se mantuvo fuera de los estándares de la feneciente Reforma educativa, estos otros indicios apuntan a la continuidad del proyecto neoliberal, o sea, el camino para la privatización se está pavimentado.


Por ello, un llamado a todos los sindicalista para continuar con la defensa del proyecto, iniciar una discusión seria con documentos en mano, después buscar los canales para la movilización conjunta. Solo la unidad de todos los sindicalistas puede sacar al IEMS adelante.

Para descargar el documento original, dar clic en el siguiente enlace:



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