La consulta fue impulsada por un grupo
de trabajadores de base y algunos compañeros que actualmente
ostentan cargo de representación sindical en el CGR. No todos los
que participaron en la organización y promoción de la consulta
forman parte de la corriente Sutiems Democrático, otros sí. Y
aunque la propuesta de la consulta sí se gestó en ese grupo, logró
recibir el apoyo de trabajadores y otros actores que no forman parte
del mismo, y que libremente decidieron participar en ella (lo que no
significa que estos actores formen parte del Sutiems Democrático o
incluso que quieran formar parte de él. La adscripción a un
determinado grupo la decide cada cual a conciencia). Y fue la valiosa
participación de todos los compañeros la que logró que la consulta
fuera un éxito.
Cabe destacar que la convocatoria era
amplia: se llamó a participar a trabajadores afiliados (de cualquier
sindicato), o no afiliados, y de todos los sectores; a estudiantes,
padres de familia y vecinos. Cada uno decidió libremente su
participación y ningún mecanismo de coacción fue usado contra
nadie.
Las y los compañeros que participamos
organizando y promoviendo la consulta, y que sí formamos parte del
Sutiems Democrático, lo hicimos de acuerdo a ciertas ideas, y con
algunos fines claros, en torno a los cuales surgió unidad y
consenso:
1) Los trabajadores TIENEN DERECHO a
generar propuestas organizativas DESDE LA BASE (aunque se enojen los
caudillos), siempre y cuando dichas propuestas no lesionen la
organización sindical como tal. Sobra decir (porque todos lo saben)
que el Sindicato lo conforman NO sólo su CE y su CGR (sus
dirigencia, pues), sino TODOS los trabajadores afiliados, sus
principios, sus estatutos y sus procedimientos. Y que la instancia de
decisión y resolución máxima del Sindicato es su Asamblea General.
En este sentido, la consulta no sólo
se planteó en varias Asambleas de Centro de Trabajo, obteniendo el
aval y apoyo de la base afiliada en muchos planteles, sino que
también se planteó abiertamente en la Asamblea General del 4 de
junio, para sumarse y abonar al plan de acción que de allí emanara.
Y la consulta recibió allí un apoyo amplio. De tal manera que
cuando la Mesa resumió las acciones del plan de acción que se
tomarían en el corto-mediano plazo, la consulta del 5 de junio
estaba en la enumeración de dichas acciones. Esto significa que la
consulta se aprobó en la Asamblea General como parte del plan de
acción, junto con la movilización del 10 de junio y el
emplazamiento a huelga por violaciones al CCT, que se hará en su
debido momento.
La consulta NO se opuso, NI SE OPONE NI
SE OPONDRÁ a ninguna movilización cuya orientación proceda
legítimamente del CE ni del CGR, y mucho menos a aquellos planes de
acción, mandatos u orientaciones que legítimamente procedan de la
Asamblea General (con “legítimamente” nos referimos al respeto
por el carácter democrático de los procedimientos de decisión y
resolución, que no violen ni los principios ni los estatutos del
Sindicato). Todo el plan de acción que las bases y la comunidad
decidan que debe operarse, será asumido y apoyado irrestrictamente.
De eso que no quede la menor duda.
2) Hubo una propuesta de solución
contra la Ley Yuriri, procedente del CE, que a pesar de que se dijo
que se bajaría a las bases para su discusión, no se socializó
oportunamente entre los afiliados. Ya se ha señalado en varias
ocasiones y en diferentes espacios que fue lamentable que dicha
propuesta la entregara el Comité Ejecutivo a la ALDF, pasando por
encima de las bases. Aquella propuesta contemplaba varias
alternativas de solución contra la iniciativa de la Ley IEMS: una
estrategia jurídica para el IEMS, parecida a la del transitorio 20
de la LGSPD, que da trato de excepción al IPN; la propuesta de una
ley orgánica del IEMS que lo dote de autonomía; la creación de una
licenciatura mediante la cual el IEMS se trasforme en educación
superior (más la concesión de autonomía); Y LA FUSIÓN/INTEGRACIÓN
CON LA UACM.
En este sentido, los que participamos
en la organización de la consulta consideramos que, DE LAS
ALTERNATIVAS QUE SE PLANTEABAN, ésta última es la mejor y más
eficaz. Pero como miles de cabezas piensan mejor, decidimos
“consultarlo” (y los que se mofan o atacan esta decisión, será
porque están muy acostumbrados a no consultar a nadie y tomar
decisiones que no son avaladas por la mayoría). Y así lo hicimos.
Echamos a andar la consulta. Y de entrada, nos planteamos que si la
comunidad no veía en esa alternativa una respuesta viable, ésta
tendría que descartarse. Por supuesto, nosotros trataríamos de
impulsarla y de convencer sobre aquello que nos parece la alternativa
más viable. Esa es nuestra prerrogativa, y la de todos. Y en eso no
incurrimos en ninguna falta, sino que atendimos nuestro legítimo
derecho de sostener una posición y defenderla.
La pregunta de la consulta sondeó:
“¿Estás de acuerdo con la integración del IEMS con la UACM? (Sí/
No)”. De las 7374 personas consultadas, 93.5% respondieron “SÍ”.
PERO no se deben pasar por alto las otras tres preguntas que planteó
la consulta: 97.2% de los consultados se manifestó por la defensa y
fortalecimiento del modelo educativo del IEMS; 88.5% respondió que
SÍ está de acuerdo con el retiro inmediato de la “Ley Yuriri”,
y el rechazo de la Reforma “Educativa” alcanzó un 87.5% (cabe
destacar que esta última pregunta sobre la reforma educativa se
introdujo en la consulta porque así lo propuso en la Asamblea
General una compañera de base, apenas unas horas antes de llevarla a
cabo).
¿Preguntas de obvia respuesta? Sí, en
efecto. Sabíamos que la aplastante mayoría de los consultados
respondería por el rechazo de las leyes y por la defensa del modelo.
Y así fue, afortunadamente. Pero la finalidad de la consulta era
política. Así que el carácter de las preguntas también lo era. Es
decir, su intención era hacer patente un juego de fuerzas que
resultaba favorable para la comunidad, aunque fuera -y mientras
tanto-, mediante un sondeo que “mostrara” ciertas posiciones, y
que sirviera para decir, con sustento: LA COMUNIDAD FUE CONSULTADA (o
mejor dicho: la comunidad se auto-auscultó), Y DICE: NO A LA LEY
YURIRI, SÍ A LA DEFENSA Y FORTALECIMIENTO DEL MODELO EDUCATIVO, NO A
LA REFORMA EDUCATIVA, SÍ A LA INTEGRACIÓN DEL IEMS CON LA UACM.
La consulta se pensó como un mecanismo
democrático operado por los propios miembros de la comunidad, cuyos
resultados ofrecieran una base (no estadísticamente exacta, sino
políticamente contundente) para DESLEGITIMAR la Ley Yuriri. Además,
se pretendía que fuera al mismo tiempo una acción política
aglutinante. Y así fue, como lo muestra la amplia participación de
la comunidad, sobre todo de estudiantes. A cada participante se le
solicitó un número de identificación oficial (matrícula del IEMS,
número de empleado, IFE, cédula profesional, etc.), de tal modo que
la consulta obtuvo un registro real –no inflado- de los
participantes, que fue tan numeroso como diverso, pues tenemos además
apuntado el porcentaje de estudiantes, exalumnos, trabajadores
(administrativos o docentes), padres de familia y vecinos que
participaron en ella.
Nosotros no pretendíamos CREAR la
opinión, sino plasmarla mediante un mecanismo democrático, que con
todo y sus posibles fallas y limitaciones, sirviera de base para la
acción política y la movilización. Así como OTROS mecanismos que
se planteen desde la base trabajadora o desde la comunidad, también
pueden y podrán servir de base para la acción política y la
movilización, como lo fue la realización de foros y mítines en
muchos planteles, en los que, dicho sea de paso, todos los miembros
de la corriente Sutiems Democrático participaron activamente.
REPETIMOS: LA POSICIÓN SONDEADA O
MOSTRADA DE RECHAZO, ABONA A DEMOSTRAR CUÁN ILEGÍTIMA ES LA LEY
YURIRI Y DEBÍA Y DEBE ABONAR A LA NECESARIA MOVILIZACIÓN DENTRO DE
UN PLAN DE ACCIÓN CONJUNTO.
Estábamos claros que la consulta no es
un acto de magia, que ella no iba a detener la aplicación de la
reforma educativa en el IEMS, y que tenía la finalidad de promover
la MOVILIZACIÓN. Porque sólo mediante la efectiva y organizada
movilización pararemos el golpe que significa para todos los
sectores populares la reforma “educativa”.
Y la comisión que entró el 10 de
junio a la ALDF no estaba en desacuerdo con la comunidad consultada.
Porque entró a exigir el retiro inmediato de la “Ley Yuriri”
(que equivale a rechazar la reforma “educativa”), la defensa y
preservación del modelo educativo del IEMS, y la Autonomía para el
Instituto mediante su integración con la UACM.
Por otro lado, alguna persona ha
pretendido deslegitimar la consulta porque ésta carece de
“formalidad”. Pero después de todo, ¿a qué se refiere
exactamente con esto? ¿A que no se contrató a una empresa
consultora privada para hacerla? ¡¿A que no hubo “autoridad”
que la sancionara?! ¿A que no fue una acción impulsada desde el CE?
Quién sabe. Pero ya hemos explicado que la carencia de eso que
algunos entienden por “formalidad”, quedaba INTENCIONADAMENTE
subordinada a la intención política de la consulta. Si algún
especialista en consultas o alguna auditoría gubernamental nos
dijera que la consulta no vale porque tiene muchos elementos
“informales”, eso no importaba. Lo verdaderamente importante es
que generó organización y movilización (en los planteles y los
barrios aledaños a éstos, por ejemplo), generó interés,
participación, y sistematizó y socializó sus resultados, para
ponerlos a disposición de TODOS, para la DEFENSA del IEMS.
3) La consulta también se planeó
porque los trabajadores no estábamos recibiendo una orientación
clara por parte de la dirigencia sindical (lo que, naturalmente, ya
comenzaba a generar confusión, desánimo, derrotismo, angustia y
episodios de desgarramiento de vestiduras). Y la premisa es: si la
dirigencia se muestra incapaz de accionar de manera oportuna, las
bases deben tomar la iniciativa y remontar a su dirigencia, generando
organización y movilización desde abajo.
Los compañeros que
participaron en el espacio que nos dio CENCOS, hablaron de la Ley
Yuriri, de la reforma educativa y anunciaron la consulta como
iniciativa de trabajadores de base (en la que participaba el que
quería, y el que no quería, no). EN NINGÚN MOMENTO se atacó al
Sindicato (porque el sindicato no es el Comité Ejecutivo), y tampoco
se criticó o atacó públicamente al CE (aunque de tantas maneras su
actuación ha dejado mucho qué desear). Por el contrario, se habló
de lo verdaderamente importante: en defensa del modelo, en defensa
del sindicato, sobre la necesidad de preservarlo y mantenerle su
papel de mediador en los asuntos laborales y de evaluación; sobre
los derechos de los trabajadores, contra la LGSPD, a favor de la
gratuidad de la educación y en contra del recorte del presupuesto al
IEMS. El espacio no se utilizó para hablar del Sutiems Democrático,
y obviamente, tampoco se hizo propaganda de ningún partido ni
organización (todos pueden comprobar mirando el video).
4) Los trabajadores TENEMOS TODO EL
DERECHO de criticar abiertamente el proceder de la dirigencia
sindical y de exigirles la rendición de cuentas. Algunos lo
entienden de manera muy pueril, y se lamentan de que se “hable mal”
del CE. “¡¿Por qué andan hablando mal del CE?!”, exclaman.
Porque no somos un club de amigos, compañeros, somos una
organización sindical, y “hablar mal” de la dirigencia, así
como algunos lo entienden, es válido y además es necesario,
ofreciendo argumentos. Criticar a la dirigencia no es esquirolear.
“Hablar mal” (criticar) de la dirigencia no es atentar contra el
Sindicato (porque el sindicato NO es igual a la dirigencia, y cuando
algunos hacen equivaler las dos cosas, o sufren un lapsus sospechoso
o se confunden grandemente). “Hablar mal” de la dirigencia no es
ser bejaranista, perredista, pejista, priista… es ejercer el
derecho de criticar a la dirigencia dentro de una Sindicato que se
precia de ser democrático, plural, incluyente.
5) Según los principios del
sindicalismo democrático, y según los propios estatutos del
Sutiems, todos las y los trabajadores de base tienen derecho a formar
grupos o corrientes sindicales y sobre todo, TIENEN DERECHO a aspirar
a tomar puestos de dirección (por cierto, la Secretaría. de
Formación Sindical tiene la tarea inmensa y vital de coadyuvar a la
formación teórica y práctica de los cuadros sindicales, para
construir un sindicalismo clasista, democrático, independiente,
combativo… ¡¿Qué ha hecho al respecto?!). Si se está
conformando y consolidando una corriente sindical, no es para que
nadie se persigne ni se espante, compañeros. No existe nada malo,
incorrecto, oscuro, maligno ni alarmante en ello. Sobre todo si los
grupos que surjan actúan abiertamente y se adjudican sus propios
actos, para que sean del conocimiento de todos, y generen ya sea
simpatía o rechazo (que cada quién decida). Si un sindicato es
efectivamente democrático, la existencia de grupos o corrientes no
tiene por qué poner en peligro la unidad. La unidad a toda costa sí
pone en peligro al sindicato, y es, por lo demás, una falsa forma de
la unidad que argumentan típicamente los sindicatos corporativos y
charros.
Lo que sí DAÑARÍA al Sindicato (y se
usa aquí el subjuntivo solamente por cortesía), es que un grupo se
enquistara en la dirección sindical; que metiera a su parentela
pasando por encima de los procedimientos sindicales formales; firmara
reglamentos internos que resultaran tan lesivos para los trabajadores
que hasta fueran del beneplácito de las autoridades; que anduviera
de candil de la calle con las organizaciones solidarias, dándoselas
de sindicalistas independientes, democráticos y combativos, mientras
en casa castigan todo intento de crítica; que se tuviera una CHyJ
que actuara como brazo porril de una dirección sindical, etc.
6) La lucha no es entre nosotros. Y
además, la lucha NO es “por” la integración IEMS-UACM o “por”
la autonomía del IEMS a partir de una licenciatura (o cualesquiera
otras propuestas). No perdamos la perspectiva más amplia: la lucha
es CONTRA LA REFORMA EDUCATIVA, (la Ley Yuriri no pretendía ser sino
su aplicación local), a favor del DERECHO A LA EDUCACIÓN PÚBLICA Y
GRATUITA, LAICA, CRÍTICA, CIENTÍFICA Y POPULAR; por la DEFENSA DE
LA ORGANIZACIÓN SINDICAL como instancia de organización y lucha de
los trabajadores en la defensa de sus derechos laborales; por la
DEFENSA DE ESOS DERECHOS LABORALES plasmados en los CCT; por la
DEFENSA DEL MODELO EDUCATIVO DEL IEMS. Cualquier propuesta o
propuestas que luchen en el sentido de esta defensa, que proteja el
derecho a la gratuidad de la educación, los derechos de los
trabajadores y el modelo educativo, será la mejor.
¿Por qué el intento de deslegitimar
al consulta del 5 de junio?
La consulta fue parte del esfuerzo
organizativo de un grupo, esto es cierto y NO hay nada de malo en
ello. Pero no se planteó para ser una actividad para ese grupo,
cuyos resultados serían del beneficio de ese grupo. Durante la
consulta jamás se hizo propaganda política a favor ni en contra de
ningún grupo dentro del Sindicato. La consulta se planteó como una
actividad que abonara a la defensa del IEMS.
Los que participaron en la consulta se
adueñaron de ella con su participación. Allí estuvo la
participación (¡7 mil 374 consultados!), amplia, diversa y
entusiasta; la colaboración de muchos actores que decidieron
participar porque supieron ver que la consulta era una buena
propuesta que podía ser de utilidad común. Ahora la consulta y sus
resultados SON DE TODOS y deben usarse para lo que mejor convenga a
la MAYORÍA.
Pero en vez de reconocer y aprovechar
esto, algunos prefieren deslegitimarla. Pero mejor deberíamos
plantearnos las siguientes preguntas:
¿A quién conviene deslegitimar esa
consulta, que mostró el masivo rechazo a la Ley Yuriri, la
disposición a defender el modelo educativo, el rechazo a la reforma
“educativa”, y el apoyo por la integración IEMS-UACM?
¿A quién conviene deslegitimar una
propuesta organizativa generada desde la base para la defensa del
IEMS, que convocó a toda la comunidad, mediante un mecanismo
transparente, incluyente y democrático?
Le conviene al GDF y su ALDF, llena de
supuestos “representantes” del pueblo (de todos los partidos
políticos), que pretenden mantener al IEMS como un coto de poder que
les ha servido para pagar favores políticos, poniendo a funcionarios
incapaces y ajenos a la educación en los puestos de dirección,
amenazando con ello a la propia educación pública, a los
trabajadores y a la comunidad. Asimismo, a estos grupos de poder no
les conviene que los sindicatos se vuelvan más numerosos, pues en su
masividad y organización descansa en germen un potencial combativo
que amenaza al Estado y su imposición sistemática de políticas
antilaborales y antipopulares, como las reformas “estructurales”,
entre ellas, la reforma “educativa”. Por eso la integración del
IEMS con la UACM les parece una amenaza, pues eso sumaría dos grupos
de trabajadores y comunidades combativas en una misma institución
educativa, que podría convertirse en un eficaz frente contra la
reforma “educativa” en el Distrito Federal.
Le conviene a aquellos que conciben al
sindicato como posesión exclusiva de unos cuantos (sindicatos para
los caudillos, sindicatos para las cúpulas de poder enquistadas),
quienes actúan con tácticas antidemocráticas, autoritarias y
punitivas cada vez más parecidas a las prácticas de la peor
tradición sindical, corporativa y charra. Esos mismos que desestiman
y obstaculizan la organización y movilización desde la base, y con
ello, la práctica democrática. Aquellos cuyos grupos de poder han
tenido el monopolio de la dirección sindical, y cuya legitimidad es
cada vez más endeble, y a quienes afecta grandemente que un grupo de
trabajadores logre impulsar desde la base una acción política
exitosa y aglutinante. No toleran que ningún grupo se muestre
organizado, capaz de accionar por cuenta propia, en favor de un
objetivo común mediante una acción de amplia convocatoria y
participación.
Puede entenderse que las autoridades
busquen deslegitimar la consulta; puede entenderse que el GDF, la
Comisión de Educación en la ALDF o las autoridades del IEMS digan:
“esa consulta no vale ni sirve, no es legítima porque la hicieron
ustedes sin sanción de ninguna autoridad, sin ‘formalidad’”.
Pero que trabajadores, y trabajadores sindicalizados, la ataquen,
parece solamente mezquino y muy corto de miras.
Saludos a todos, y salud.
COMISIÓN ORGANIZADORA DE LA CONSULTA
DEL 5 DE JUNIO
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