Por José Cardoza.
Profesor Normalista y abogado laboralista
Al principio incredulidad, después tristeza, y al final enojo, encabronamiento e indignación despertaron en mí el despido de la UACM, este 30 de abril, del valiente luchador social y abogado Enrique González Ruiz. Hombre al que he tenido el honor de tratar y con el cual me unen viejos lazos de amistad y camaradería. Enrique, hombre al que respeto por su integridad, por ser hombre honesto, incorruptible, de una sola cara, un hombre como dicen en mi tierra… UN HOMBRE A CARTA CABAL.
Un varón bragado, que ha luchado toda su vida por los derechos humanos, que ha pasado noches enteras sin dormir, o días enteros sin comer; en medio de la incomodidad que todo luchador social conoce. Afectando su salud, y privándose del descanso al que merecidamente ya tenía derecho; todo por defender a trabajadores sindicalizados, comunidades campesinas, indígenas, mujeres, colonos. Un varón que soporto amenazas de muerte de gente del poder.
Tuve la fortuna de conocer a Enrique González Ruiz, durante un congreso de escuelas y facultades de derecho realizado en la UAP de Puebla. El ya venía con la aureola de la fama de luchador social incorruptible, como exrector de la Universidad Autónoma de Guerrero, durante los momentos álgidos del proyecto Universidad Pueblo. Ahí también conocí a Oscar Correas, investigador e impulsor de “La Critica Jurídica”, corriente marxista del derecho y de los derechos humanos.
La lucha social y la represión del gobierno, patrones y caciques, obligó a los abogados de obreros, campesinos, colonos, estudiantes a constituir la Asociación Nacional de Abogados Democráticos (ANAD). Ahí conocí y trabe fuerte amistad con su hermano Lamberto González Ruiz, amistad que ha permanecido a lo largo de los años. De Beto, como le decimos los amigos, si mal no recuerdo, Arturo Alcalde Justiniani, con ese extraño buen humor que le caracteriza a un abogado metido en mil y un problemas, bromeaba recordándonos, ante la evidente mala fama del gremio de abogados, que si algún abogado iría al cielo, ese sería Lamberto, hermano mayor de Enrique; por su seriedad y honestidad a toda prueba. Y como no recordar hoy a Lamberto cuando su hermano padece las injurias del poder, como no recordar que Lamberto era el compañero de despacho de Digna Ochoa. Si, Digna, la inolvidable e incorruptible abogada asesinada, cuya vida se ha llevado al cine en la película “DIGNA OCHOA HASTA EL ÚLTIMO ALIENTO”http://www.youtube.com/watch?v=gvczZg--99M
Años después, la amistad que me une a Beto, llevó a compartirla con Enrique. En diversas ocasiones, presionados por la gente del poder, con amenazas de por medio de gente poderosa de San Luis Potosí, estuve en apoyo de Enrique y ahí me di cuenta del trato cariñoso que le brindaban trabajadores sindicalizados, campesinos, gente del pueblo trabajador pues. Ahí me di cuenta de la solvencia moral de Enrique, de que el no sería capaz de hostigar a una mujer. Por ello, con años de conocerlo y de cultivar su amistad, me atrevo a exigir a Enrique Dussel, todavía rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), que si tiene algo de honor, si tiene algo de honestidad rectifique la ofensa que no le hace a González Ruiz, que reinstale al Dr Enrique como director de Postgrado de Derecho de la UACM, que retire la ofensa que le hace a la inteligencia y a todo el pueblo trabajador de México que lucha por sus derechos.
Leo el amplio y solidario escrito de Sara Lovera, ex secretaria general del Sindicato de la Jornada y responsable del proyecto CIMAC.Noticias, única agencia de mujeres periodistas en el mundo, defensora de la causa de la mujer, cuyo lema es “Por un periodismo con perspectiva de genero” http://www.cimacnoticias.com.mx/
Indignado, recordando las múltiples ocasiones en que he sido testigo del sectarismo y canibalismo de la izquierda, me entero que el filósofo argentino Dussel, todavía rector de la UACM, él y su gente rechazaron las pruebas en defensa de Enrique. Pruebas de especialistas en la materia como Consuelo Mejía, de "Católicas por el Derecho a Decidir", del Obispo Raúl Vera, ambos especialistas en el tema del hostigamiento sexual, delito del que acusan injustamente a Enrique González Ruiz.
Queda claro que el despido obedece a una venganza de Dussel contra González Ruiz, debido a las diferencias que tienen desde la llegada del primero a la rectoría interina de la UACM, así como el cuestionamiento de Enrique por la repartición en condiciones de opacidad de 132 plazas de profesores de la UACM. No es posible que Dussel invente y sostenga delitos, que los que conocemos y hemos tratado personalmente a Enrique, no una, sino muchas ocasiones. Trato que se dio en condiciones de alta presión, condiciones que todo luchador social conoce, bajo amenaza de represión, sabemos que no está en la hombría de un hombre probo el cometer acciones como las de que le acusan.
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